3. Perspectivas de la legibilidad
Perspectiva histórica
¿Cuáles son los orígenes de la investigación sobre legibilidad? Vale la pena informar acerca de algunos hitos que se citan con frecuencia, ya que éstos sentaron las bases para la investigación posterior. Diversos escritores (Spencer, 1968; Rehe, 1979; Tinker, 1965) proponen que la investigación científica de la legibilidad comenzó alrededor de 1880 con Javal, un oftalmólogo francés que estudió los movimientos oculares en la lectura. En particular, Huey escribió un libro sobre Psicología y pedagogía de la lectura en 1908 (reimpreso en 1968), que atribuye a Javal el descubrimiento del patrón de los movimientos oculares en la lectura (descrito en el Capítulo 2).
Un análisis más detenido de las fuentes originales de la Psicología revela una historia diferente (Wade, Tatler y Heller, 2003). En 1879, el fisiólogo Hering descubrió por primera vez que la lectura implica movimientos oculares sacádicos, y en 1892 Lamare, un colega de Javal, observó que los movimientos eran erráticos y no continuos. Dodge (psicólogo) fue capaz de desarrollar una técnica fotográfica que permitió medidas más precisas de la velocidad de los citados movimientos así como la duración de las fijaciones. Estos desarrollos dieron inicio a las tecnologías para registrar los movimientos oculares.
Poco después de los descubrimientos sobre los movimientos oculares, Cattell (1886) afirmó haber encontrado el efecto de superioridad de la palabra (como se mencionó en el Capítulo 2). Otros trabajos de la época que se citan a menudo, incluyen:
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qué letras son más legibles que otras (Sanford, 1888; Roethlein, 1912)
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una reseña de las primeras investigaciones que Pyke (1926) hizo sobre legibilidad
Direcciones de la investigación
Aunque las investigaciones recién mencionadas sobre los mecanismos visuales en la lectura comenzaron a finales del siglo XIX, la ciencia visual se alejó de la investigación aplicada y por lo tanto, perdió la conexión con la investigación sobre legibilidad. La psicología de la lectura pasó a formar parte del terreno de la psicología cognitiva, la educación y la psicolingüística con menor interés en los aspectos tipográficos y gráficos del texto. A partir de 1980, se desarrollaron modelos computacionales de la lectura con el objetivo de simular el reconocimiento de las palabras a través del modelado matemático con computadoras.
Tinker y sus colegas realizaron un extenso programa de investigación sobre legibilidad, el cual renunció a explicar los mecanismos visuales subyacentes de los resultados. Hasta cierto punto, esto reflejaba el estado del conocimiento de entonces, así como la separación entre la investigación teórica y la aplicada. Mientras que la investigación pura “teórica”, “básica” tiene como objetivo investigar los procesos visuales que ocurren en la lectura, la investigación aplicada trata de evaluar qué soluciones tipográficas son mejores para la lectura. Tinker y sus colegas llevaron a cabo numerosos experimentos entre los años de 1920 y 1950, los que proporcionan un corpus sustancial de hallazgos. Dado el nivel actual del conocimiento sobre la manera en que leemos, y el interés más reciente en el procesamiento visual que atañe a la legibilidad (Legge, 2007, p. 108), es posible evaluar e interpretar más a fondo los resultados de la investigación tradicional sobre legibilidad.
Las reseñas de la investigación sobre legibilidad resumen el estado del conocimiento actual por medio de un análisis de la investigación publicada por otros, y que posiblemente incluya además la investigación de la propia autora (por ejemplo, Ovink, 1938; Tinker, 1963, 1965; Zachrisson, 1965; Spencer, 1968; Foster, 1980; Reynolds, 1984; Lund, 1999; Dyson, 2005; Beier, 2012). Los citados textos pueden ser útiles para obtener una visión general de los hallazgos de la investigación, sin olvidar que éstos deben ser evaluados críticamente.
Perspectiva del diseño
Por lo general, no son los diseñadores quienes han efectuado investigación sobre la legibilidad, pues es poco probable que éstos cuenten con un conocimiento detallado del método científico, el que normalmente se adquiere en la carrera de Psicología. En cambio, los diseñadores sí pueden opinar sobre el qué y el cómo de la investigación. Estas opiniones no encajan necesariamente con los enfoques científicos de la investigación. Como suele suceder, los objetivos de la investigación difieren entre disciplinas, y éstas pueden determinar los métodos que se utilicen.
La experimentación empírica es el principal método utilizado por los psicólogos que se ocupan de investigar la lectura (Rayner y Pollatsek, 1989, p. 8). Dentro de la psicología de la lectura, existen distintas perspectivas, incluyendo los constructos cognitivos y lingüísticos (por ejemplo: Kintsch y van Dijk, 1978), los factores perceptivos relacionados con la legibilidad de textos (por ejemplo: Tinker, 1963, 1965) y la naturaleza del procesamiento visual de la información en la lectura (por ejemplo: Legge, 2007).
La motivación principal de un diseñador es hacer que los textos sean más legibles, es decir, más fáciles de leer y a la vez estéticamente agradables; esto es un enfoque práctico. Los diseñadores suelen expresar su insatisfacción con ciertos aspectos de la investigación empírica, la cual generalmente es llevada a cabo por psicólogos sin consultar a diseñadores. Lund (1999) y Beier (2016) reseñan y resumen muchas de las razones que se han planteado en el pasado y que siguen debatiéndose. A continuación, enumero algunas de estas críticas (desde un punto de vista del diseño) a la investigación sobre legibilidad, y después trato de abordar dichas críticas, las que se centran en el valor y la relevancia de la investigación para la práctica del diseño. Las cuestiones relacionadas con los métodos de investigación se tratan en el siguiente capítulo.
- Una postura fundamental que se opone a la investigación sobre legibilidad sostiene que ésta inhibe la creatividad, lo que parece implicar que los resultados de la investigación deben implementarse. Poynor (1999, p. 14) sugiere que los diseñadores ven al enfoque científico como un oponente del proceso creativo, y éstos se niegan a ser guiados por psicólogos.
- En 1970, Merald E. Wrolstad, editor del Journal of Typographic Research –en referencia a los malentendidos entre disciplinas– señaló que la investigación nunca reemplazará al diseñador creativo, dado que no todo el mundo quiere ser tipógrafo. La investigación debe considerarse como originadora de ideas (Wrolstad, 1970, p. 37–38). Por lo tanto, una posible solución es que los diseñadores se familiaricen con la investigación sobre legibilidad, y después consideren si esta información les resulta útil para la práctica del diseño. Lo anterior requiere que los investigadores presenten su trabajo de forma accesible y que, idealmente, incluyan una indicación de cómo las conclusiones podrían traducirse en la práctica, si ésta fuese relevante.
- Los resultados de gran parte de la investigación confirman simplemente las prácticas existentes, basadas en el oficio profesional. O bien, los hallazgos resultan contradictorios y, en consecuencia, de poca utilidad.
- Si la investigación empírica sustenta la práctica existente, puede considerarse como algo positivo y alentador. Pero cuando hay discrepancias, ya sea entre la práctica existente y la investigación, o entre los diferentes estudios, entonces hay motivos para preocuparse. Tales cuestiones pueden resolverse haciendo nuevos estudios mejor planificados.
- Como es de esperar, los investigadores se enfocan en ciertas áreas y cuestiones que les interesan (Wrolstad, 1969, p. 116), lo que quizás no resulte particularmente importante para la práctica del diseño.
- Algunas de las investigaciones (como los estudios que se mencionan en el Capítulo 2) no pretende tener una relevancia directa para la práctica del diseño. La investigación pura cae en esta categoría. Al leer acerca de un estudio, es importante averiguar la razón por la que se realizó la investigación, lo que puede encontrarse en la introducción. Además, las afiliaciones de los autores –si están adscritos a una universidad o centro de investigación – pueden indicar su disciplina, y éstas por lo común se incluyen en el artículo de la revista (véase la Figura 3.1).
- Los investigadores no deberían buscar verdades universales, sino centrarse en proporcionar una orientación práctica para la toma de decisiones (MacDonald-Ross y Waller, 1975, p. 77).
- La orientación práctica puede requerir poner a prueba una versión específica de un diseño, lo que se describe mejor como evaluación formativa o pruebas de usuario/usabilidad, en lugar de investigación sobre legibilidad. Los resultados se aplicarán a la situación particular y no serán generalizables. (Véase Capítulo 4: Diferentes tipos de pruebas e investigaciones).
- Los investigadores eligen temas que son fáciles de investigar en el laboratorio (MacDonald-Ross y Waller, 1975, p. 76)
- Tal vez esto haya sido válido hasta 1975, pero no creo que esto sea actualmente el caso, ya que se han desarrollado técnicas muy sofisticadas. Sin embargo, la mayor parte de la investigación se realiza bajo condiciones controladas (es decir, en un “contexto de laboratorio”). Esto se trata con más detalle en el Capítulo 4.
Preguntas: Si te pidieran que debatieras sobre el valor de la investigación sobre legibilidad, ¿de qué lado preferirías estar: a favor o en contra?
¿Cuáles de los puntos anteriores te parece que son los más sólidos?
¿Puedes añadir otros puntos?
La combinación de recursos entre disciplinas
La colaboración entre personas con diversas formaciones y experiencia puede conducir a una comprensión mutua de lo importante y diferente que puede ser la contribución que proviene de otra disciplina. Participar en debates puede ayudarnos a entender el punto de vista del otro, lo cual debería hacernos menos despreciativos de las perspectivas alternas.
Ejercicio:
Fernand Baudin (1918-2005), diseñador belga de libros, autor, tipógrafo y profesor, se opuso a la descripción que Tinker hace de los tipógrafos como estetas al revisar el libro Bases for effective reading (“fundamentos para una lectura eficaz”) (Baudin, 1967). He extraído fragmentos de las páginas citadas por Baudin, que me parece que son las partes en el libro a las que él hace referencia.
¿Consideras que se justifica que Baudin se haya molestado por las siguientes declaraciones (citas) del libro de Tinker?
¿Crees que Baudin tuvo razón al interpretar las declaraciones como: “…todos los tipógrafos, sin excepción, sean expertos o no, se presentan meramente como estetas introspectivos que en general merecen ser despreciados” (p204–205).
¿Tinker está criticando a los tipógrafos con estas afirmaciones?
¿Es un insulto preocuparse por la estética?
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“Antes de la investigación científica, los impresores y los diseñadores de tipografías se ocupaban principalmente de la apariencia estética de la página impresa.» (p. 115)
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“… las guías predominantes de la tipografía hasta hace poco eran la estética, la economía de la impresión y la práctica tradicional”. (p. 125) “En lo referente a la legibilidad de las letras, las opiniones subjetivas de los diseñadores de tipografías y los tipógrafos prevalecieron a lo largo del siglo XIX, y su influencia se ha mantenido casi intacta hasta la actualidad.” (p. 125)
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“Esta práctica continúa aunque muchos ‘expertos’ tipográficos consideren que la letra cursiva es mucho menos legible que la letra minúscula romana redonda. (p. 135)
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“Aunque tal vez algunos diseñadores presenten una enérgica objeción estética a la negrita para los encabezados, no significa que los lectores reaccionen de la misma manera.” (p. 136)
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“La firme creencia de que los márgenes generosos aumentan la legibilidad, concuerda con las opiniones expresadas por la mayoría de los ‘expertos’ entre 1883 y 1911.” (Pyke, 1926) (p. 183)
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“Aunque exista un ‘promedio’ consensual, el uso de márgenes en la práctica de la impresión varía ampliamente de libro a libro.” (Paterson y Tinker, 1940). Resulta incierto si lo anterior está motivado por un intento de producir una página más agradable, por una desviación inconsciente de la regla del 50 por ciento, o por ambos. (p. 183) [La regla del 50 por ciento se refiere a la práctica general de los editores de utilizar el 50 por ciento de una página para los márgenes (Tinker, 1965, p182)].
Si examinamos las citas anteriores desde una perspectiva más neutral, podríamos advertir que Tinker deseaba hacer una clara distinción entre la investigación científica (por cierto, la suya propia) y el conocimiento artesanal de los expertos tipógrafos. Los comentarios no se limitan a la estética, ya que se incluye la legibilidad. Sin embargo, es lamentable que Tinker utilice comillas alrededor de la palabra ‘expertos’, lo que podría entenderse como un comentario irónico.
Afortunadamente, hemos rebasado a Tinker y reconocemos que la combinación de habilidades y conocimientos entre disciplinas puede resultar en una investigación más relevante y más robusta. Un ejemplo de excelente colaboración entre científicos de la visión y un diseñador de tipografía es el artículo ilustrado en la Figura 3.1 y descrito en el Panel 3.1. Otros ejemplos de colaboraciones en que la experiencia en el diseño se combina con el conocimiento científico, son:
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James Hartley y Peter Burnhill:
Burnhill fue un profesor de tipografía (1923-2007) que participó en una duradera colaboración con James Hartley, un psicólogo de la Universidad de Keele, Reino Unido, quien sigue aún activo como investigador y autor. Ambos exploraron el modo en que la tipografía puede apoyar la forma en que los lectores utilizan los textos, mostrando claramente su estructura (por ejemplo, el uso del espacio). -
Robert A. Morris, Kathy Aquilante, Charles Bigelow, y Dean Yager:
En 2002, Aquilante y Yager, científicos de la visión, colaboraron con Morris, un matemático con trabajos en informática, y Bigelow, diseñador de tipografía para analizar el modo en que los serifs afectan la lectura en la pantalla. -
Owen Churches, Scott Coussens, Hannah Keage, Mark Kohler y Myra Thiessen:
Thiessen es una diseñadora con conocimiento en el método experimental; todos los demás miembros del equipo son neuropsicólogos; juntos, han estudiado cómo el cerebro procesa la tipografía utilizando la tecnología de EEG (electroencefalografía). Su investigación se menciona en el Panel 2.3.
Resumen
La investigación sobre legibilidad comenzó con la investigación de los movimientos oculares hace más de 100 años. Algunos de estos descubrimientos y escritos siguen siendo válidos hoy en día, aunque otros han sido superados dado que la investigación ha permitido mediciones más precisas y se ha desarrollado un mayor corpus de conocimientos.
La legibilidad atañe a diversas disciplinas; en términos generales, a la ciencia y al diseño. En el pasado, esto ha provocado tensiones debido a la diferencia de objetivos y, en ocasiones, a una evaluación poco sensible de otras perspectivas. En la medida en que se desarrollen más colaboraciones, surgirán resultados de investigación con mayor riqueza, relevancia y solidez para informar a la práctica tipográfica.